de Belén a Cafayate, Salta

Cafayate, Salta - 12/01/08


Ni museo ni minerales ni nada. Fuimos al centro (otra vez bien de tarde, por lo que no pudimos conocer la Biblioteca Popular no los escritos del poeta Franco) tomando otro camino, mucho más lindo, más mezclado (casas muy humildes al lado de casas al estilo moderno cuadrado de cemento con dos pisos).
Nos reabastecimos y después de tomar una cerveza en la plaza tratamos de hacer algunas averiguaciones sobre medios de trasporte entre los lugares que queríamos seguir recorriendo. Internet andaba a carbón, así que nos aburrimos y perdimos bastante tiempo en relación a lo que averiguamos.
Volvimos a la carpa: nos esperaban en remojo las lentejas. Comimos afuera del techito con la luz apagada, para ver las estrellas y los refusilos que habían en el sudeste. Nos enteramos que había nevado en Nqn, y nuestros pagos no se iban a olvidar de nosotros: a las 6:30 se nos inundó la carpa, teniendo que evacuarnos debajo del quinchito para no ahogarnos. Compartimos la húmeda situación con Cintia e Ismael.
Esperamos hasta casi el mediodía a que frenara un poco la lluvia y se secara la carpa y partimos, aún con garúa, a la terminal para preguntar el precio a Cafayate o seguir a la ruta para hacer dedo. El cole “San Cayetano” salía a las 14hs, así que empezamos a caminar.
Comí unas empanadas catamarqueñas y seguimos. Belén resultó mucho más grande de lo imaginado, pues recién salimos de allí cuando una camioneta F-100 nos levantó ya bien adentrados en la periferia. Fue un contraste a la Ranger Limited que nos llevó de la entrada al pueblo a la terminal, manejada por una quinceañera top.


haciendo dedo cerca de la salida de Belén...


camino a La Ciénaga. Hermoso paisaje. Esa mancha que ven ahí es una bicicleta con dos bolsos de un loco que estaba yendo hasta Perú sin nada más que algo de ropa y comida!!!

La F-100 nos llevó a La Ciénaga (video). Sigo preguntándome si tiene algo que ver con la peli o no. Caminamos a un kilómetro o desde la entrada a la salida del pueblo y seguimos haciendo dedo. Nos levantó alguien encargado de las obras de asfalto de la 40. El hombre (puntano de nacimiento, vive en Mdza) nos enseñó a quirquinchear: a unos 8kms de la mina La Alumbrera (yendo pa’l norte) está lleno de quirquinchos, uno los agarra y golpea con una piedra en la cabeza para atontarlos, los degüella y a las brasas.
Como no entramos a San Fernando, porque la nueva parte de la ruta le escapa al pueblo (graciosa cara de pánico o incertidumbre puso mi compañera de viaje cuando vio que no íbamos a San Fernando como nos habían dicho), tuvimos el privilegio de cruzar el Río Belén a pie, debajo y al lado del puente en construcción. Esperamos a la salida de San Fernando el cole o la próxima camioneta (video). Menos mal que no pasó nadie, porque a los 8 minutos pasó “San Cayetano”. En la espera vimos cómo dos chiquitos jugaban con una zapatilla
[1], empujando la nena al nene que era más grande que ella, y riendo de nada, pero de una manera inentendiblemente contagiosa.


acá estamos cruzando el río Belén por debajo del puente en construcción

acá estamos a la salida de San Fernando esperando que nos levanten nuevamente

El colectivero daba una imagen grotesca: coqueando sin dientes, con la saliva y la lengua verdes; el colectivo y él llenos de santos y cristos, pero con una carterita con una herradura tallada; y la panza encajándose literalmente en el volante (no pude evitar imaginarme el callo en la guata[2] grasosa).
Pasamos por Hualfi, donde paramos unos quince minutos. El verde-verde valle rodeado por cerros impactaba y sorprendía. Cuando retomamos viaje, vimos cómo el chofer se ponía en la boca una cantidad enorme de coca, simulando a un rumiante en los movimientos de la lengua y a un roedor en el recelo con que lo hacía (todavía estoy esperando que me convide!!!).
Ni bien llegamos a Santa María, destino final del cole, nos subimos al bondi que nos llevaría a Cafayate. Nos sentamos atrás de cinco porteñas que venían tomando mate diciéndoles alguna boludez como para que se copen y nos tiren un amargo. Pero las yeguas ni se inmutaron. Debo reconocer que no creo en la telequinesis o el mal de ojo, pero al rato empezó a caer encima de dos de ellas el agua del sistema de aire acondicionado! JAJA
Entrando a Cafayate apreciamos lo que era el camping municipal: una playa de Mardel en plena temporada. Todos los alojamientos estaban llenos. La había abandonado a Ceci con las cosas en el lugar que el cole nos había dejado para ir a buscar un lugar dónde parar, cuando esa personita maravillosa me manda un mensajito diciendo que había conseguido dónde quedarnos y mi merienda: me había comprado dos empanadas salteñas y la nuera de la vendedora estaba ambientando el patio de su casa para carpas. Lo impactante era el nombre de la nuera: SANDRA RODRÍGUEZ
[3]! Superado el choque, fuimos para allá.
Sandra y Sebastián tienen un hijo de 5 meses, Uriel, enorme! Nos pasaron el dato de una cocinería y comimos ahí una pizza y dos Salta negras por $16!!! Los mismo que sale una muzza en Nqn.
Hoy nos levantamos al mediodía y cumplimos con el desayuno rutinario: mate, pan y lectura. A la tarde fuimos al Río Colorado, comimos unas frutas a su orilla y volvimos al centro a averiguar sobre transporte a Cachi o San Antonio de los Cobres. Fuimos a Turismo y nos dieron algo de información. Pero frente a ese puesto había un señor en silla de ruedas (le falta una pierna) que tenía unas piedras anti-SIDA que me llamaron la atención (aclaro que no las vendía como amuletos, sino en pos de concienciar). Cuando nos acercamos, resultó que Catucho sabía más que todos los de Información juntos. Nos pusimos a hablar con él y nos tiró mucha información, y después charlamos de todo un poco.
Catamarqueño: que vive en la provincia de Catamarca. Catucho: que vive en San Fernando del Valle de Catamarca. Así como un rosarino se distingue de un santafesino o un bandeño de un santiagueño. No supimos por qué catucho, siendo que vive en Cafayate, pero bueno, siempre hay que guardar algo de misterio.
Al fin compramos coca, porque la que Guido había llevado a Nqn la dejé allá. Salió cara para mi gusto, pero vamos a darle un buen uso.
Nos vamos a dormir: mañana hay que madrugar para llegar a Angastaco y de allí a Los Molinos, para termina en Cachi.


paisaje de Hualfi

imagen desde el Río Colorado


DATOS ÚTILES:

Precios de Colectivos

  • San Fernando - Santa María, por "San Cayetano": $20
  • Santa María - Cafayate, por "Aconquija": $12

Sobre el acampe y pernocte...
  • en Belén, en el camping de CoTelBe sale $7 por persona
  • en Cafayate, en la casa de Sandra y Sebastián, nos salió $3 la carpa por única vez, y por día $3 cada uno. Suena caro, cierto; pero es lo más barato que escuchamos en todo Cafayate

_______________________________________
[1] La zapatilla es un juguete: es un auto a tracción humana en el que el infante se sienta sobre él y se impulsa con sus propias piernas. Hay varios modelos, pero el más clásico tiene forma de zapatilla de lona, de ahí su nombre.
[2] Guata es panza
[3] Nombre de la viuda de Carlos Fuentealba, docente neuquino asesinado por la policía el 4 de abril del 2007. El cabo Darío Poblete le disparó una granada de gas contra la cabeza, cuyo impacto fue fatal. El día 8 de julio del 2008 fue sentenciado a cadena perpetua.

de Aimogasta a Belén, Catamarca

Belén, Catamarca - 10/01/08

El martes 8 nos levantamos a media mañana, hicimos un buen desayuno, una refrescada en el río y lectura. Después de las 13:30 partimos del Parque Los Nacimientos a la terminal de Aimogasta. A las 15:30 salía el cole a Belén.

Llegamos a la terminal y nos sorprendimos al encontrarnos con Jorge y Mariana. El pasaje que habían comprado en La Rioja decía que el coche salía 9:35, pero resulta que sale a las 9. Por lo tanto, los chicos llegaron a tomarlo después que se hubo ido. Siendo esto total responsabilidad de la empresa, la mujer[1] con síndrome de Malco que atendía no quería reconocerles el pasaje. Para sumar bronca, delante mío vendieron los dos últimos pasajes, no nos dejaron viajar parados y, encima, la Malco se puso en madraza a retarme porque no había sacado antes el pasaje… PERO!!!

Como diría el gordo Caseros: las lagartijas andaban con sombrillas. Cargamos las mochilas y caminamos los 4-5kms a la ruta bajo un calor francamente insoportable.

Ya saliendo de Aimogasta, vimos a lo lejos cómo las nubes se deshacían en tormenta y cómo el viento las traía a nosotros. Doscientos metros más allá nos alcanzaron las “gotas grandes que mojan” de Forrest. Desandamos las dos cuadras para refugiarnos en el alar de un mercadito cerrado e hicimos dedo. Pasaban camionetas y camiones que nos ignoraban. Hasta que una camioneta de Vialidad Nacional también nos pasó, pero se arrepintió a los 50mts y pegó la vuelta. El hombre se venía durmiendo.


Valle de la Luna, Ischigualasto, San Juan

Nos llevó a Belén, pero antes nos hizo conocer las ruinas Shincal, ruinas inkas, en Londres. Al salir del pueblo y volviendo la vista atrás se apreciaba la imitación de la capital inglesa: tapada por las nubes y el viento lleno de tierra, la tormenta nos seguía.


las ruinas de Shincal y la arruinada...en Londres, Catamarca

Ni bien terminamos de recibir la información turística y nos calzamos las mochilas para caminar los tres kilómetros al camping, la lluvia comenzó a empaparnos al estilo tormenta capital.

Llegamos al predio de la CoTelBe hechos agua. Tomamos unos mates esperando que, por lo menos, garuara. Recién a eso de las 21:30 simuló parar y armamos la carpa, que de todos modos quedó mojada.

esperando en el estacionamiento a que pare la lluvia... con frío en los pies y el mate con agua hervida...

$7 cada uno! Puta madre, y encima parece que acá en Belén no hay camping libre debido a la cantidad de turismo.

Nuestro consuelo pensando que la lluvia iba a bajar la temperatura duró lo que una pompa de jabón. El calor acá se torna volteador. Ayer estuvimos todo el día a la sombra leyendo, charlando y durmiendo. Y aún así me calciné la espalda. Recién a eso de las 19:30 salimos al centro.

Antes de salir de paseo, apreciamos la crueldad de la naturaleza, o la esencia de la misma. En nuestro quinchito había un nido de horneros. Ce se fascinó cuando descubrió que había dos pichones: uno gordito y crecidito y otro más flaco y menos desarrollado (video). Piaron, piaron hasta el hartazgo: la madre no se acercaba a darles la comida porque nos encontrábamos en las inmediaciones. Cuando nos dimos cuenta de esto, nos alejamos y observamos cómo padre y madre traían gusanos y de un saque se los daban al pichón gordito. Decíamos que qué mal, cómo no iba a dejar de comer al más chico, qué mal los padres que no impartían justicia, que casi se cae el gordito por angurriento…(video) Ya habiendo visto el proceso de alimentación más de cinco veces, me dediqué al libro que esperaba entre mis manos. Estaba cruzado de piernas, con la cabeza de Ceci sobre ellas, el libro ocultando de mi visión su hermosura, cuando la escucha gritar un “AY, NOOOOOOOOOOOO!!!” escalofriante. “¡¿Qué pasó?!”, le pregunté sobresaltado. Casi al borde de las lágrimas llegó a responderme: “se lo comió, el hijo de puta se lo comió”. Paso a explicar: antes de observar a la pareja hornero alimentar a su prole, vimos el equilibrio asombroso que mantenía un chimango en la punta de un pino. Mientras yo leía, Ceci tuvo la suerte de mirar algo irrepetible: cuando el gordito angurriento se asomó para recibir su gusano, el chimango se lo llevó! La desorientación de los padres no podía ser mayor, al punto que ni se preocuparon por alimentar al pequeño pelado. No conforme con esa demostración de poder, Natura siguió ejemplificando: una hormiga colorada impedía a un díptero por lo menos 5 veces más grande que levante vuelo, pues había trabado su mandíbula en las puntas de las alas superpuestas escondidas bajo “la capota”. Pasa en Natural Planet, pasa en la vida.[2]


el gordito que luego sería engullido por el ave no tan carroñera

Visitamos el paseo de los artesanos, el museo arqueológico Cóndor Huasi y subimos (¡la mierda que es alto!) al cerro de la virgen, desde donde apreciamos Belén, vimos el río (un chorrito en el medio de un gran cauce seco), nos encontramos con una mariposa de unos 25cms de envergadura, y Ceci dio clases de stretching. (video1) (video2)

subiendo por el Cerro de la Virgen de Belén, con el pueblo de fondo

Ceci elongando a los pies de la Virgen

les juro que yo pensé que era un murciélago, hasta que se posó en un lugar visible...

Bajamos ya entrada la noche, siendo asaltados en el descenso por una arañota que se asustó tanto como nosotros. También nos cruzamos con una lagartija bien chiquita.

A eso de las 22:30 entramos al Santuario de la Virgen de Belén: muy tétrico. No porque sea oscuro, pues es bien luminoso, sino que todas las escenas o imágenes de Jesús son bien sangrientas y sádicas. Además, alrededor del altar, hay un montón de medallitas con formas humanas (riñones, pulmones, tripas, piernas, corazones, torsos, espaldas, etc) e incluso materiales (tractor, arado, auto). A la tarde, en la plaza frente al Santuario, vimos un Jesús arrodillado y en pose de pedir limosna. Nos acercamos a verlo inspirados por la curiosidad ante la petición, y descubrimos una leyenda que rezaba “señor, que no te causemos dolor de destruir lo que vos das”. No entendimos qué significaba, hasta que descubrimos que no pedía limosna y sí sostenía un feto. No al aborto, coja por el orto!


Jesús en esa pose de pedir limosna que tanto nos había desorientado...


...hasta que nos acercamos a ver qué tenía en la mano...!!!

acá están las medallitas. Ni me imaginaba que esto es común. Tendría que haberme bautizado...

A eso de las 23, de regreso a la carpa y la ya deseada cena, paramos en un kiosko a mitad de camino por una rubia. Nos quedamos hablando hasta la 1 con el carnicero de al lado, el hermano del kiosquero y otro vecino… nos enseñaron a coquear con bicarbonato y nos divertimos mucho. Los tres resultaron muy amables.

Inutilizados por el calor, estamos a la sombra esperando que se haga más tarde para conocer el museo de minerales. Mañana partiremos a Cafayate, entrando en Salta.



DATOS ÚTILES:

Sobre el acampe y pernocte...
  • hay un único camping que es de la cooperativa de teléfono (COTELBE). Tiene pileta, por lo que está lleno todo el día, y es pacífico de noche. El lugar es re lindo, pero sale $7 por persona por noche. No hay camping libre en Belén.





[1]En el original decía una palabrota, pero no creo que sea constructivo expresarla acá, puesto que la bronca ya pasó…

[2]Este párrafo fue agregado en el momento de la trascripción… me pregunto por qué me olvidé de escribir sobre este hecho tan shockeante al día siguiente…




de Talampaya a Aimogasta, La Rioja

Aimogasta, La Rioja - 07/01/08

Después de terminar de escribir, tomamos unas Quick y nos fuimos a la ruta: próxima parada: Ischigualasto.

A pesar del escepticismo de Ceci por el horario, a los diez minutos pararon Julián y Soraya en su R9 bordó en la puerta de Talampaya para bajar a dos chicas: una con mochila y la otra con un bolso.

Nos acercamos y dijimos que queríamos conocer el Valle de la Luna (en realidad, la luna, pero esto es lo más cerca que teníamos) y aceptaron aventarnos.

Totalmente escondido -aplastado- por las mochilas, compartimos tereré y charla. Soraya tenía una panza de 5 meses y acababan de casarse. La verdad es que fue todo muy ameno, muy natural, con la mejor onda y solidaridad. Además, ellos habían sido mochileros (era su primer viaje en auto) y nos tiraron mucha data.

Valle de la Luna, Ischigualasto, San Juan


forma "La Esfinge", Valle de la Luna, Ischigualasto, San Juan

Ceci y Marco en la Cancha de Bochas, Valle de la Luna, Ischigualasto, San Juan


forma "El Submarino", Valle de la Luna, Ischigualasto, San Juan


Ceci y "el Hongo", Valle de la Luna, Ischigualasto, San Juan

[1]No sólo nos llevaron al Parque Provincial, sino que nos acarrearon todo el recorrido. Al final, tomamos una cerveza (Ceci y yo, porque él manejaba) y compartimos unos sándwiches que tenían. Nos dejaron a eso de las 19:30 sobre la ruta, en Los Baldecitos, pues nosotros íbamos para Villa Unión o La Rioja, y ellos a Valle Fértil (San Juan). En ese lugar esperamos media hora y no pasaba ni un cardo ruso. Preguntamos al hombre que estaba en la casita de la policía caminera y nos dijo que 20:30 pasaba un cole a Villa Unión, pero en otra ruta. Así que cargamos las mochilas y caminamos los 3kms en poco menos de media hora.

Cuando vimos el cole (video), hicimos la típica seña del brazo extendido. Como no parecía bajar la velocidad, le agregué el otro brazo y balanceos hacia arriba y abajo. Frenó. Pero resultó que no era el colectivo que íbamos a tomar, sino un chofer de la empresa chupasangre de Talampaya que venía desde Córdoba porque le habían arreglado el motor. Así que nos llevaba, si queríamos, a Pagancillo. “Sí, queremos”.

Pensamos que al día siguiente sería cuestión de pararse en cualquiera de los dos lados de la ruta y hacer dedo, que más directa o indirectamente, pero íbamos a llegar a la capital riojana. Nos habíamos olvidado que iba a ser domingo. Pero antes de esto, tuvimos que hacer otra noche.

El chofer nos dejó en la entrada al pueblo y en la esquina de enfrente, en el bar “Jactel”, nos ofrecieron el terreno sobrante entre una pared y la calle, con sombra, mesita y asientos. El costo: “nooo… lo que quieran”.

El flaco Héctor nos ofreció algunos tragos de cerveza cuando pasamos por su mesa para entrar al bolichongo a pedir agua y otras cosas. Al rato, vino al campamento a ofrecernos vino o una birra. Ante la negativa, insistió, insistió e insistió. Insistió tanto que aceptamos una gaseosa, porque estábamos cansados y no queríamos levantarnos muy tarde. Hicimos la promesa que después de comer iríamos a compartir una charla a su mesa, y con eso logramos un rato de soledad.

Como era de esperar, cumplimos la promesa. En la mesa estaba, además, su “primo” Alberto. Nos contaron de la vida del pueblo, de la suiza, del Cerro Rajado, de platos típicos (cosas con las semillas del algarrobo, cabeza guateada, tortillas enterradas), del PN Talampaya, del agua, del por qué “el Famatina no se toca” (ante la intención de una mina en el Famatina, toda La Rioja saltó como resorte). Me causó cierta gracia que no parara de decir que ahí la joda era sana, con un grado etílico de consideración en sangre. Nos despedimos, y fuimos a dormir.

En la esquina en la que el chofer nos había dejado, había un tronco seco, en cuya sombra (allá, por sus años de árbol) había descansado Varela. Lo que primero sospeché historia de borracho, se confirmó al día siguiente por otro pueblerino, que venía a regar el arbolito que crecía al pie del tronco, para que no corriera la misma suerte.

Caminamos hasta el control fitosanitario y allí esperamos a que pasara el cole.

Viajamos parados hasta La Torre, donde hicimos el transbordo justo a tiempo, pues antes de llegar a este lugar me quedé dormido parado y en un badén casi termino rodando por el piso.


en La Torre...

En La Torre charlamos con una pareja uruguaya, Jorge y Mariana, y resulta que ellos van a Neuquén seguido, porque Joaquín de Noctilucas es amigo suyo.

La charla circunstancial terminó en convivencia, pues los colectivos que van desde La Rioja para Aimogasta (los cuatro íbamos para Belén, Catamarca) no salían hasta el día siguiente, en Informes no había nadie y el guardia no sabía de algún lugar para acampar. Dejamos las mochilas en la terminal y salimos a conocer algo de La Rioja y abastecernos de arroz. Está lejos del centro la nueva terminal, y rodeada de cosas policiales y militares. Los precios del súper iguales que en Neuquén, sólo que con calor húmedo.

Volvimos a la terminal, cenamos un melón entre los dos y nos mentalizamos para no pensar en el calor y la transpiración que nos inundaban. En el afuera de la terminal, las vinchucas y escarabajos pululaban. Fuimos a dormir, entonces, adentro. Cuando los tres nos dormimos (Ceci no tenía sueño), el guardia vino a golpear el tacho de basura con la macana para informarnos que no se puede dormir en la terminal (!?); así, como lo leen. Faltaban cinco horas para que saliera el cole a Aimogasta (a las 6:30), por lo que tuvimos suficiente tiempo para conocernos.

No toleré los últimos veinte minutos y me quedé dormido con la cabeza en las piernas de Ceci y la espalda en los bancos. El resultado: petequias en el dorsal ancho por los agujeritos del banco!!!

las famosas y molestas petequias

No recuerdo haber salido de La Rioja, pero sí haber llegado al Parque Industrial. De golpe estábamos en Aimogasta, deseando que el viaje siguiera para poder dormir algo.

llegando a la mañanita a Aimogasta. Jorge y Mariana de espaladas, y Marco más allá

Informes. “Hola. ¿Algún lugar para acampar?”. “Sí, Los Nacimientos”. Silencio. ¿Acaso yo no había pedido que me contaran cómo conseguir un lugar para acampar? ¿Y cómo llego sólo con el nombre del lugar? Luego de pedir indicaciones, recibimos las típicas instrucciones confusas e imprecisas.

Los Nacimientos (es un parque en Aimogasta, no el pueblito con ese nombre) es un lugar hermoso, pero totalmente descuidado. Corre un arroyo/río de vertiente que luego es encanalado (sí, canalizado), nos rodea la vegetación subtropical y del monte, y no paran de vueltear autos y motos (debe ser la Villa Cariño de acá). En La Rioja, a nivel provincia, es impresionante la cantidad de motos. El vendedor nos había dicho que eran compradores compulsivos de motos y no le quisimos creer, hasta que lo vimos.

Dormimos una súper siesta afuera, siendo asediados por moscas y hormigas, porque adentro de la carpa era imposible. La tormenta amenazó, amenazó, pero no cayó.

Compartimos un guiso de lentejas muy rico, el vino que Fran nos había regalado y un café con los chicos. Luego, ya entra la medianoche, nos despedimos con la promesa de unas cervezas en Neuquén.

comiendo sandía en el arroyo que pasa por el Parque Los Nacimientos


DATOS ÚTILES:

Precios de Colectivos

  • Pagancillo - La Rioja, por "Facundo": $20
  • La Rioja - Aimogasta, por "Facundo": $13

Sobre el acampe y pernocte...
  • en la terminal de La Rioja no te dejan dormir. No nos supieron decir si había camping en la ciudad, pero seguro que lo hay...
  • en Aimogasta, La Rioja, se acamap gratis en el Parque Los Nacimientos




[1] A partir de acá, escribo el día 08/10/08, todavía en Aimogasta.

de Jáchal a Talampaya


YPF (a 1km de Guandacol) - 04/01/08

Ayer terminamos recorriendo Jáchal.

Pudimos dar con la Casa de la Cultura, donde nos dieron algunas pautas turísticas, charla y albergaron nuestras mochilotas.

Fuimos al museo arqueológico Prieto, a cargo de Gendarmería. Nos atendió un señor que rebosaba de carencia de buena onda. Comenzó a mostrarnos petroglifos con la misma cadencia que nos saludó (mejor dicho, recibió nuestros saludos) y nos costó darnos cuenta que ya había empezado la visita guiada. Todavía me cuesta discernir automáticamente entre las palabras “arqueológico” y “paleontológico”; si bien fantaseaba de niño con ambas profesiones, mi experiencia se centró en la segunda.

Descubrimos que el apasionado Prieto dedicó su tiempo tanto al huinca como al originario, al ver una importante mezcolanza en las vitrinas y estantes. Las distintas culturas originarias, incluida el imperio inka, se expresaban en caza y recolección, cultivo, cerámica, piedra y tejido. El huinca en fusiles, instrumentos de minería, adornos y hasta un pastillero con un cálculo renal!

Tuvimos una discusión amable con el guía, que profesaba la necesidad de mano dura para acabar con los políticos de la democracia y su afán por el enriquecimiento personal y/o sectario, su preferencia por el aristócrata PAN (“yo diría que se pudrió todo del ’30 en adelante”… pero no lo dijo ni defendiendo a Irigoyen ni contra la dictadura), la defensa de las privatizaciones y una apatía incomprensible para alguien que habló de tantos temas.

Luego, de regreso a la Casa de la Cultura, me sentí como con mi viejo: fuimos a visitar el hospital San Roque. Se me hizo evidente que era una casa (supuse que dedicada a la beneficencia en los primeros tiempos). No había nadie, las historias clínicas se apilaban en una esquina lejana (ni siquiera en el mismo pasillo) a “Estadística”, al alcance de cualquiera. No se hacían PAP hasta el 28 de enero (viva la APS!) y el enfermero que nos atrapó deambulando al lado de la guardia nos dijo “ah, bueno” y dejó seguir ante nuestra defensa de “estamos conociendo el hospital”.

Encontramos en las paredes la segunda pintada de “De la Rúa presidente ‘99” y su postulante a gobernador sanjuanino (“de cuyo nombre no me quiero acordar”).

Pasamos por el frente de una capilla jesuítica, de ladrillo de adobe, con uno de esos arcos que inexplicablemente no se vienen abajo y palmeras en la vereda. A las cuadras encontramos dos cosas de interés: la sede ¿abandonada? del Partido Bloquista, y una esquina (bocacalle) de postal.

esta es la capilla jesuítica y su arco de adobe



esta es la bocacalle de postal... claro que no soy ningún fotógrafo de postales ni la cámara es tan copada

Volvimos a la terminal a cocinar arroz con un caldito de hongos. Esperamos, entonces, a que se hiciera medianoche y “Fernández” nos pasara a buscar.

Partimos 00:20hs del día de hoy con los portaequipajes llenos. La oscuridad se comía todo paisaje, pero eso no quitó lo impresionante y sí alimentó las ganas de hacerlo de día. Las sombras de montañas (¿se llamarán así?)[1] contrastando en la negrura de la noche, la depresión profunda del territorio a nuestra izquierda (Dique Chico), las terribles y respetables cornisas (incluido el guard-rail, que se ve que no contuvo mucho a algún desgraciado vehículo) y los paredones iluminados por el cole… se veían tan lindos, que, insisto, de día deben dejarte mudo.

A eso de las 2 llegamos al caminito que nos conduciría a Termas de Agua Hedionda (video). Rogamos que el sereno no tuviera perros ni escopeta, y armamos la carpa frente al hotel, al lado de una parrilla y un horno de barro, entre dos algarrobas (creo, no me acuerdo).

Si alguna vez trataron de clavar una estaca en la roca y fallaron, ni intenten en el suelo de ese lugar. Fijamos las esquinas de la carpa con unos ladrillones y rogamos que no arreciara viento o lluvia, pues era imposible colocar el cubretecho.

A la mañana siguiente desayunamos unos mates. Compartiendo la charla con El Negro (el cuidador, uno de los dos) y su hija (que estaba en Huaco y había venido a visitarlo): el hotel fue construido en la época de Perón “hace unos 60 años” y nunca funcionó, saquearon las aberturas y las volvieron a poner con dos cuidadores que hacen turnos de una semana; llueve poco; en invierno hace mucho frío pero no nieva; si llueve, suele caer piedra arruinando las magras plantaciones; las aguas termales que hay (se juntan en un piletón de concreto cerrado [un gran cubo] y de un boquete salen en chorro, debajo del cual uno se baña, al río) son o fueron utilizadas por los lugareños como método abortivo; la chaucha del algarrobo es el chicle de la zona, siendo rico el agridulce sabor que tiene el fruto.

Fuimos a conocer la pileta, con el agua templada (calculo que alrededor de 24ºC), el río, las cuevas y el cañaveral. Logramos ver a lo lejos un Huaco (o garza bruja) y de cerca de sapitos del tamaño de un pulgar. No nos encontramos con las anunciadas arañas pollito ni serpientes. Ni una lagartija!

a orillas del río que no recordamos nombre y ahí nomasito del piletón de agua termales


este es el piletón. Observen cómo presipita la sal en el fondo del charco que se forma con la caída del agua

Volvimos de la caminata (video) y almorzamos unas sopitas Quick. Levantamos campamento y a eso de las 15 arrancamos la caminata a Huaco. Al kilómetro, más o menos, cuando nos pusimos a fotografiar el vistoso Valle de Huaco, nos levantó una camioneta que nos dejó en el desvío de la caminera (a 6km de Huaco). Los canas nos tomaron los datos y, después, nos convidaron con agua en las botellas que llevábamos vacías y nos explicaron que la ruta 150 que supuestamente unía Huaco con Ischigualasto no existe (habíamos averiguado por internet que en el 2004 se había construido el camino) y, si bien materialmente está emplazado con un ripio malísimo, no la usa nadie.

Encontrándonos a 117kms de Villa Unión (La Rioja), empezamos a caminar por la 40. Al kilómetro y medio nos levantó uno que venía de Buenos Aires a la mina de oro que está (calculamos, pues no hay ninguna señal limítrofe ni nada) cerca al límite entre San Juan y La Rioja. Nos dejó en la ruta en la entrada a la mina y a menos de un kilómetro nos levantó un geólogo que iba para Guandacol. Aceptamos el aventón y a 1km de Guandacol, en la YPF en la que decidimos celebrar la buena suerte con una cerveza fría, había una pareja de “viejos” con una amiga que nos convidaron un rico vaso de vino espumante. Eran ya las 16:30 cuando la amiga lugareña nos comentó que a las 18 pasaba un cole que iba para Villa Unión; estábamos a 40kms.


cadáver de caballo a la vera de la ruta, a unos metros de la salida de la mina, cerca de Santa Clara, La Rioja

atardecer en Talampaya, La Rioja

Volvimos a la vera de la ruta a esperar el cole, cuando nos levantó un vendedor de motos en una Strada cargada con 2 de los vehículos bicíclicos. Le dijimos que queríamos llegar a Villa Unión y aceptó. Creo que hay que aclarar por qué vamos a Villa Unión (en La Rioja) cuando queríamos ir a Ischigualasto (en San Juan): no hay otra forma de llegar de donde estábamos sin pasar por Talampaya primero, por la ruta provincial 26. Una vez arriba de la camioneta, nos enteramos que el tipo pasaba por Talampaya y seguí luego hasta La Rioja. Así que a eso de las 19:30 estábamos en la industria PN Talampaya.

¡Qué hijos de puta! Una sola confitería en la que hay que pagar el acampe y agua para el mate. ¡Un parque nacional! Las distintas excursiones o recorridos se hace o en camionetas ($45 ó $60) o, sí o sí, con guía del PN, en bici ($25, igual recorrido que la motorizada de $45) o a pata ($25 ó $60, por otro lado). Como dije, ¡qué hijos de puta!.

Nos encontramos con un limón estudiante de Derecho que se vino desde Córdoba en una 110cc y hoy había recorrido 350kms (a todo esto, nosotros hicimos en este día 160kms a pata y dedo! Bastante distinto a los no sé cuántos cientos de kilómetros del día anterior). Luego se formó un grupo con los que estábamos pasando la noche, en el que se cayeron los prejuicios sobre los integrantes.

Terminamos durmiendo al aire libre, en el piso, bajo un techito contra la pared de las oficinas chupasangres del parque. Espectaculares estrellas, un clima agradable, y el cagazo a los alacranes, pueblo originario de la zona.

Cuando hoy (sábado 5) nos levantamos Ceci descubrió una bola en su glúteo izquierdo: el suelo le pasó factura inflamándole el ciático.

Al motín y las dudas que teníamos, se sumó la molestia de Bob. Pero la moto que ya traíamos era por la imposibilidad de recorrer parte de nuestro propio país, del Estado, Patrimonio de la Humanidad, de una manera libre y no contaminante. Así que ahora estamos en las sillas de la confitería, disfrutando el paisaje y comiendo los modos, usos y bazofias de dos parejas porteñas al lado nuestro. Afortunadamente, el paisaje hace que uno se distraiga de personajes así y se concentre en “uno con la naturaleza” y en la hermosa compañera de ruta.


DATOS ÚTILES:

Precios de Colectivos
  • Jáchal - Huaco: $8

S el acampe y pernocte...
  • en Termas de Agua Hedionda se acampa gratis, y se puede hablar con el cuidador como para que te deje tirar la bolsa de dormir bajo techo
  • en Talampaya sale $3 por persona, pero se puede dormir al aire libre gratis




[1] A partir de aquí, la escritura se realiza en Talampaya el día 05/01/08. Es que nos levantaron en la ruta mientras escribía, y tuve que seguir más adelante, al día siguiente.

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de Neuquén a Jáchal, San Juan

San José de Jáchal, San Juan - 03/01/08 - 16:10hs


Ayer a las 21hs se dio comienzo oficial a este viaje de botas cansadas (y sudadas) cuando subimos, Ceci y yo, al “Catta” que nos llevó hasta Mendoza.

desayunando en la terminal de Mendoza

Arribando cerca de las 7am, decidimos no hacer noche en la capital del vino (una de las…) y seguir a San Juan para llegar a Jáchal, de donde iríamos a Huaco. El fanatismo por viajar tanto es sólo para acortar tiempo, pues no queremos detenernos mucho por estos lados, para disfrutar más lo que es NOA y no Cuyo.

Así que a las 8am nos subimos a otro “Catta”, que nos dejó en San Juan a eso de las 10:30. El “Clasur” que nos llevaría a Jáchal partía a las 12:30, por lo que decidimos proveernos de almuerzo. Calzamos las mochilas, previa averiguación por almacenes, y arrancamos para donde nos dijeron. Pasamos enfrente del Hospital Rawson, colosal, y doblamos en la esquina indicada. A menos que comenzáramos a comer bulones, moriríamos de hambre: era la cuadra de los autos, motos y motores. No la cuadra, la calle. Nos fueron comentando que las referencias que nos habían dado en la terminal eran correctas, pero anacrónicas: habían cerrado.

Vi que un viejito de ojos claros y dientes flojos salía a fumar, y supuse que ese hombre conocía el barrio. Afortunadamente, porque nos indicó una panadería en la que nos enteramos que a los bizcochitos los llamas criollitos, y que el hombre tuvo que añadir a las panificaciones los rubros lácteos y bebidas tras ruegos de los vecinos desamparados de almacenes o mercados.

A la hora de saluda, tomamos las mochilas cargadas, subimos al bondi y cuando íbamos a sentarnos en nuestras butacas 19 y 20, había dos gruesos caballeros con boletos que se las adjudicaban. Sobrevendido. Uno a veces critica la tecnología de más, pues si los pasajes se vendieran con PC y no a mano, no hubiéramos tenido que viajar 3hs parados, con sueño y esquivando el chorro de vómito infantil producido por una madre que, haciendo alarde de su ignorancia sobre física, puso su mano en la pequeña boca como uno hace con el pulgar en la manguera.

En el camino, de todos modos, pudimos apreciar los caprichos orográficos de la zona, ver nidos en jarillas y Ceci cazó (con la vista, claro) un “avestruz”.


Jáchal, vendido como lugar turístico por los mapas, resultó un caserío en el que haremos juevo hasta las 23-24hs tomar un transporte a Huaco y, casi seguro, pernoctar en la terminal.


vista desde la terminal de Jáchal


DATOS ÚTILES:

Precios de Colectivos

  • Neuquén - Mendoza, por "Catta Internacional": $96
  • Mendoza - San Juan, por "Catta Internacional": $15
  • San Juan - San José de Jáchal, por "Clasur": $12.50

Bienvenidos

Hola...
mi nombre es Marco, soy de Neuquén Capital y este enero del 2008 lo pasé viajando junto a mi compañera Ceci (o Bob)... Unimos Neuquén y La Quiaca en cole y a dedo. Nos hubiera gustado conocer más, pero esto es lo que hay...
En las sucesivas entradas irán leyendo el diario de viaje que escribí y podrán ver fotos de esos maravillosos lugares y videos también. Por ahí algún que otro papelón, pero no importa.

Esperemos que sirva para todos los viajantes, porque la idea es ir tirando data de los lugares por los que estuvimos, porque nosotros no pudimos conseguir buena información, y queremos colaborar...


Un beso y un abrazo!
...hasta la próxima...



esta foto es del Parque Provincial Ischigualasto (Valle de la Luna). Me resultó gracioso el cartel justo encima de la flor (¡qué lindas flores tienen los cactos!)...